Episodio 10

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Grabado en Espacio Furia Mariposa el 19 de Octubre de 2021

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Secreto de dragón  (Gustavo Roldán)

Nadie sabe de tesoros perdidos como un dragón. Tesoros de esos escondidos en profundas cuevas en la montaña, o enterrados en islas desiertas bajo el árbol que da las flores que lloran. O en el fondo del mar, cubiertos de corales rojos, o en esas profundidades donde los peces son ciegos y el mundo es una absurda negrura.

Nadie sabe de tesoros como un dragón, aunque nunca quedó claro si lo adivina, y efectivamente donde busca está escondido un tesoro, o si el tesoro comienza a existir cuando un dragón dice- » allí hay un tesoro».

Pero eso no le importa a ningún dragón. Lo que le importa es encontrar enormes tesoros de perlas y piedras preciosas de todos los colores, de esas que alumbran en la oscuridad.

Vuela a lo más alto de la montaña, hasta los picos inaccesibles, y penetra bajo los hielos que existen desde siempre y donde se esconden cuevas secretas, o algún lugar más oscuro del mar, y regresa con inmensas cantidades de piedras preciosas que hacen que la noche se ilumine con luces y reflejos de colores.

Entonces desparrama las piedras ante los ojos asombrados de una dragona que se enamora a más no poder en medio de las luces que brillan.

Y juegan. Y se aman. Y bailan el baile de las sombras durante un día y otro día y otro día.

Cuando se cansan de jugar tiran las piedras, una por una, en lo más profundo del río, donde es más poderosa la corriente, para que el río las lleve hasta algún lugar secreto donde vuelvan a convertirse en un tesoro perdido.

Muchos se preguntan por qué tiran las piedras preciosas. Los que se preguntan no entendieron ni van a entender nunca a los dragones. No entendieron que lo divertido es buscar el tesoro.

Tiran las piedras de colores para que otro dragón, alguna vez, vuelva a jugar a encontrar un tesoro. Y después pueda bailar el baile de las sombras.


Sorprender – Libro Borrador para un abecedario del desacato (Vir Cano)

Alquimia del desconcierto, táctica de distracción, o estado del ánimo: tiene la virtud de ligar el afecto al movimiento, el presente al orden de lo incalculable, la potencia de conmoción al no-saber. Sorprender, como una forma de forzar lo inesperado, como una manera de interrumpir la monotonía de lo disponible, y de hacer de la desorientación nuestra aliada. Sorprender con nuestras voces, con nuestras ausencias, con nuestros rostros, y con nuestros destiempos. Sorprender, para escabullirnos por las pendientes de montañas invisibles y para introducir las dosis necesarias de asombro y confusión. Sorprender, porque todavía podemos, y por eso mismo, sorprender-nos, incluso en ocasiones maravillarnos. Sorprender-nos , entonces para alojar lo imprevisible, para captar eso que escapa a los maquínicos algoritmos y a nuestras humanas predicciones, para dar lugar a lo que puede ser de otra manera. Sorprender-nos, porque sin esa tesitura temblorosa del ánimo, no seremos capaces de desconocernos, de desarmarnos, de descentrarnos, de desviarnos.


Narrar – Libro Borrador para un abecedario del desacato (Vir Cano)

Una de las más antiguas artes de lo im-posible, para decirlo con Adrienne Rich; es quizás también uno de los más peligrosos y necesarios ejercicios del desacato: no hay palabra que esté a salvo, ni relato que no arriesgue un mundo. Narrar, para contar nuestras historias, para recordar nuestras experiencias, para archivar nuestras cartografías. Narrar, también para fabular otras maneras de ser-con, para ampliar nuestros horizontes de i/legibilidad, para disputar los regímenes de silenciamiento y las políticas del nombre in-propio a los que somos sometidxs. Narrar porque , como dice Val Flores, “el lenguaje es un estratégico campo de batalla, un sitio de pugnas” al que no podemos ni queremos renunciar. Narrar entonces para no ser borrados, ni silenciadas, ni negades; pero también, para ser malinterpretadxs, incomprendidos, escurridizas, e incluso invisibles. Narrar, no como quienes creen haber encontrado la verdad, sino como quienes disputan los saberes instituidos y ponen a rodar sus conocimientos insurrectos. Narrar, una y otra vez, en variopintos estilos, para incomodar la lengua del presente y para socavar las políticas genocidas del “buen decir”. Narrar, con suerte, para regar los brotes de sentidos en los que cobijar nuestras existencias, para darle lugar a nuestros contratiempos, para inscribir los fugaces tartamudeos de otros mundos.


Un día querrán volar 

los pájaros que en mi

habitan…

Y los dejaré ir.

Tomaré,entonces,

mi libro preferido

y soltaré al viento

las palabras. 

Encenderé la radio

para escuchar 

las voces amadas, 

y mansamente 

me quedaré dormida.

Será un atardecer de primavera. 

Nadie vendrá

                 por mi.

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Ruego

Por favor,

No me mueras ahora, 

Qué la tarde anda

Cayéndose de soles.

Como si nada.

—————————-

Mi raza es esto:

  Sus manos,calor 

     de tierra

                sembrada 

Y su piel

             de ciruela

                      a punto. 

          Palabra!

——————————-

Mis duendes

    han salido 

       a buscarte.

Volverán

        de madrugada,

desvelados,

con el último guiño

          de la luna.

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Alameda

Había caminado sólo unos pasos. Se detuvo, me miró con sus ojos por siempre felices y dijo: «chau, te extrañaré hasta que pueda olvidarte…» Después emprendió su loca carrera por la vereda como para  atrapar el viento. Nos quedamos en silencio. Nadie vio que una llovizna azul me mojaba los ojos.

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Ya no tengo memoria del beso.

La noche lo llevó 

con un suspiro 

y se perdió entre 

la gente. 

Pordiosera, la lluvia 

desnuda el alma…

Las sombras

        de la noche

me acercan

una extraña canción 

       de despedida.


3 poemas de Tomás Litta (Libro Fruto Rojo)

Redoblaste la apuesta

pusiste jazz para coger

este sexo es pasion, cuidado

estamos alerta

sexo intenso

sexo lento

sexo con medias

dos cuerpos volátiles

fuego carne

caminos

tus dientes

son filosos

es abril, todavía hace calor y amanece temprano

tenés un radar de lunares

hay dolor pero va lento, cuidadoso

no hay mas dolor

esto es jazz sexo con vos casi 7 a.m

una recorrida de senderos conocidos

pieles fuertes suaves húmedas

maravilla de madrugada

todo esto está sucediendo

todo esto está sucediendo

todo esto sucede

incluso después

de que el jazz se haga silencio

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Ahora:

dos de la mañana

cuatro grados

este otoño es fatal.

Ayer tenía tus pies enredados

con los míos y hoy

tengo que conformarme

con una mantita cuadrada

que alguien robo

de alguna aerolínea.

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Vamos en un tren

de Tigre a Retiro

medio lleno

vos miras por la ventana

un paisaje oscuro

atravesamos barrios sin luz

mientras yo

mastico chicles, leo poemas

esperando sentir algo

una mirada

un hombro con hombro

pero no

vos estás concentrado en el afuera

y cualquier que se subiera

pensaría

que no nos conocemos

que vos miras el paisaje

y yo soy otra persona

indiferente a vos

desconocida a vos

que va masticando chicles

y leyendo poemas

en un tren de tigre a retiro

con las botas embarradas

atravesando barrios sin luz

corazones con apagones.